Me gustaría aprovechar el espacio que me otorga este blog para hacer un llamamiento a las buenas costumbres y lanzar unas cuantas invectivas contra las malas, siempre desde mi neurosis ortográfica y gramatical tantas veces puesta en evidencia por María, la comentarista anónima más tiquismiquis que campa por aquí a sus anchas, largas y profundas.
Leídos blogs ajenos, artículos ajenos, escritos ajenos y cualquier otra producción de una mente humana que no sea la mía (susceptible, por tanto, de imperfección), me considero en la obligación de amonestaros:
- Por muchos puntos que pongáis no conseguiréis que el suspense sea mayor. Los puntos suspensivos son tres y no más. El resto es exceso y despilfarro.
- No existe ninguna palabra monosílaba en español que se componga únicamente de una consonante. La "y" no es una consonante, es una "i" aficionada a la musaka y a los bailes en corro.
- A la hora de usar colores es preferible el negro sobre blanco al resto. Si uno quiere transgredir, blanco sobre negro. Más no. No es necesario combinar todas las longitudes de onda del espectro electromagnético, pese a las presiones sociales y políticas en ese sentido.
- Cuando vayáis a usar el famoso etcétera (o etc.), aseguraos de que: a) no vaya seguido de cincuenta puntos suspensivos (o sea, ciento cincuenta puntos normales), sino de un solo punto; y b) le preceda más de un elemento enumerativo. No vale decir: "Este fin de semana me fumé un canuto, etc............". Por cierto, no fuméis canutos.
- Comillas no hay más que dos, una a cada lado, y aunque ahora digan que valen para enfatizar, no son más que burdas patrañas. Si pasáis por una tienda de comidas preparadas y pone: Tenemos "pollo", desconfiad. No es superpollo, sino sucedáneo de mapache.
- Y, cómo no, las tildes. Son necesarias. Si no fuera por ellas, muchos de vosotros tendríais nombres ridículos. Pensad en eso.
Leídos blogs ajenos, artículos ajenos, escritos ajenos y cualquier otra producción de una mente humana que no sea la mía (susceptible, por tanto, de imperfección), me considero en la obligación de amonestaros:
- Por muchos puntos que pongáis no conseguiréis que el suspense sea mayor. Los puntos suspensivos son tres y no más. El resto es exceso y despilfarro.
- No existe ninguna palabra monosílaba en español que se componga únicamente de una consonante. La "y" no es una consonante, es una "i" aficionada a la musaka y a los bailes en corro.
- A la hora de usar colores es preferible el negro sobre blanco al resto. Si uno quiere transgredir, blanco sobre negro. Más no. No es necesario combinar todas las longitudes de onda del espectro electromagnético, pese a las presiones sociales y políticas en ese sentido.
- Cuando vayáis a usar el famoso etcétera (o etc.), aseguraos de que: a) no vaya seguido de cincuenta puntos suspensivos (o sea, ciento cincuenta puntos normales), sino de un solo punto; y b) le preceda más de un elemento enumerativo. No vale decir: "Este fin de semana me fumé un canuto, etc............". Por cierto, no fuméis canutos.
- Comillas no hay más que dos, una a cada lado, y aunque ahora digan que valen para enfatizar, no son más que burdas patrañas. Si pasáis por una tienda de comidas preparadas y pone: Tenemos "pollo", desconfiad. No es superpollo, sino sucedáneo de mapache.
- Y, cómo no, las tildes. Son necesarias. Si no fuera por ellas, muchos de vosotros tendríais nombres ridículos. Pensad en eso.