lunes, 28 de diciembre de 2009

Touché!

Pero no por espada, ni por sable, ni por florete, ni por florín, sino por la faringitis malévola que tanto se lleva esta temporada. El hecho es que el viernes canté la Misa de Gallo, el sábado di un concierto y el domingo, vulgo ayer, canté una misa con gallos (no sólo míos). Si a eso sumamos que el clima aquí pasa de tropical a mediterráneo y viceversa en lapsus de tiempo imperceptibles para el oído humano, y que después de cada evento litúrgico ha sucedido uno gastronómico en locales ahumados y vociferados a los efectos oportunos, el resultado es inevitable.

Lo cierto es que he aguantado como un campeón, después de un mes de diciembre haciendo slalom entre los virus de padre, de jefe sub uno, de jefe sub dos y de compañeras y compañeros de trabajo. La última bandera ha ido a parar directa a mi faringe, que a estas alturas ya ocupa todo el interior de mi organismo.

Como me han ordenado que me cuide, tomo neobrufenes a tutiplén precedidos de protectores estomacales a mansalva, bebo agua a sorbitos delicadísimos, evito articular sonidos y salgo todos los días a correr diez kilómetros. Y así, con todos esos cuidados, seguro que pasado mañana estoy como una rosa y puedo vociferar el penúltimo concierto navideño.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Feliz Navidad, claro que sí

He intentado crear la felicitación definitiva, perfecta, ingeniosa, perspicaz, suspicaz, amable, breve, concisa, concreta, confusa, pulcra, fina, esmerada, esmerilada, ac-so-lu-ta. No puedo. Mi mente ahora mismo, tras la ingesta masiva de celentéreos, está situada a la altura del cardias y así, como comprenderéis, todo proceso intelectivo-cognoscitivo-volitivo-digestivo resulta mucho más engorroso.

De todas formas, qué queréis que os diga. Me basta y os basta con saber que os deseo una Feliz Navidad en compañía de quienes más deseeis, ya sean familiares, mascotas u ordenadores personales (en ese orden y sin más opciones posibles).

Y si da la casualidad de que sois creyentes, rezadle al Niño Jesús por el dueño de este blog, que siempre viene bien y no hace daño a nadie.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Tranquilo, no pasa nada

Me reprendía la semana pasada un amigo por no escribir tanto como antes, y se preguntaba si tengo en mente cerrar el blog y dedicarme a otros menesteres en los que prestaría mayor y mejor servicio a la comunidad, tales como la conducción temeraria o el aliño de ensaladas. ¡Ni hablar! Mientras me quede un hálito de vida, un soplo agónico, un estertor inoportuno, un disparo de nieve, este blog estará abierto al público y será regado con leche y miel.

Es cierto que llevo meses de tranquilidad. Es cierto, igualmente, que no me encuentro ucranianos borrachos en el suelo, y que cuando ceno en restaurantes turcos todo está limpísimo y no hay patatas fritas mordidas dentro de los rollos. Y no es tampoco menos cierto que estoy enfrascado en la preparación de las clases, en lecturas divergentes, en películas convergentes y en hacer tontunas de las que no se escriben en el blog, sino que se hacen, sin más.

Esta mañana, por ir más lejos, me ha sucedido algo tranquilo, en esta nueva línea de tranquilidad aún carente de patrocinio. Tras la grabación del programa de radio, camino del trabajo, he sentido necesidad de azúcares (me gustan desde que los veía en "Érase una vez la vida") y me he adentrado en una panadería donde una dependienta ecuatoriana intentaba comprender a una adolescente china mientras conmigo, en la cola, esperaba una anciana monja española. Entonces he pensado: hay que ver la de conclusiones que podría sacar si no fuera por el hambre que tengo. Y acto seguido me he comprado un bollo relleno de chocolate.

¿Es o no es una entrada tranquila?


sábado, 12 de diciembre de 2009

¡SÍ!

Los más pacientes del lugar recordarán el final de esta entrada.

Ahora ya es oficial. A todas mis muescas curriculares como benefactor de la Humanidad, francotirador, esgrimista, editor, asesor, sexador, miembro honorífico del Tribunal del Santo Oficio, producto adelgazante, payador, piloto, hechicero a tiempo parcial, corregidor, émulo, procastrinador, bicampeón en racha, confeso, convicto, traidor, inconcluso, mártir, agente patógeno, galán de noche, investigador a sueldo, aporte vitamínico, cortacésped y partícula elemental, se añade ahora una más: desde hace pocos días soy Profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Murcia.

Y como no tengo palabras porque la emoción sigue siendo embargante, voy a terminar este post como nunca lo he hecho:

¡Ale!


martes, 8 de diciembre de 2009

Quinientos días de verano


Acabo de ver "500 days of Summer". Lo de escribir el título en inglés es porque el señor que le pone títulos a las películas ha decidido llamarla "500 días juntos", traducción que hace que la cosa pierda su gracia. En su defensa, diré que esta vez el hombre lo tenía un poco difícil. En su acusación, diré que la podía haber dejado como estaba.

"Esta es una historia de chico conoce a chica, pero más vale que sepáis de entrada... que no es una historia de amor". Eso dice, ni más ni menos, la voz en off que aparece al principio de todas las películas indie del año. Y "500 days of Summer" es la película indie del año. Por tanto:

...si te emocionaste con las peripecias de la desquiciada familia de "Little Miss Sunshine",
...si te moló el desenfadado descaro de "Juno",
...si te lo pasaste pipa en la India con los tres hermanos de "Viaje a Darjeeling"...

...deberías verla. ¿Y si no? Pues también, claro. "500 days of Summer" tiene algo. No sé si serán las interpretaciones, si será el lenguaje narrativo (genial la secuencia del flechazo... y su némesis), si será la música o si será la verosimilitud de la historia que cuenta. Quizá una mezcla de esos factores y de alguno más. Desde luego, ayuda que la trama sea tan creíble. Aquí no hablamos de una niña rellenita que aspira a un título de belleza, ni de una adolescente embarazada con problemas para encontrar familia adoptiva, ni de lo que quiera que sea "Viaje a Darjeeling". Aquí hablamos de una historia de chico conoce chica que, desde luego, no es una historia de amor.

Vedla. Aunque sólo sea por lo familiar que os va a resultar.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Húmedo, cúbito y radio

Estoy faringítico, chicos. Han sido muchas las penurias que ha pasado últimamente mi pobre aparato fonador, y pago las consecuencias con toses, flemas y sensación perpetua de estar ingiriendo erizos de mar en estado de buena esperanza. El remedio médico ha sido el de siempre: antiinflamatorios, mucolíticos, poca conversación y mucha agua a traguitos durante mis breves lapsos de consciencia. El resultado es que voy de acá para allá con una botella, botellín, botellón o botelloide de agua no fría (la que no quita la sed), sorbiendo con una delicadeza rayana en la pitiminiez.

Y ello, ello mismo, no ha obstado para que esta mañana haya acudido, con erizos y todo, a la grabación de mi primera colaboración en Onda Regional de Murcia. He pensado que, para empezar a derramar música clásica a tutiplén, nada mejor que las Variaciones Goldberg, de Bach, en versión Glenn Gould. Y ahí hemos estado, tranquilos, calmos, quedos y roncos. El sábado se emite el programa. Ya me oiré y constataré, una vez más, que mis eses siempre, siempre, siempre, serán efes.

Aquí os dejo a Glenn y su Aria de las Variaciones. Son dos con cincuenta y tres. Minutos, no sólo euros. Escuchadla. Si no por mí, hacedlo por el feliz término de su estado de buena esperanza.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Ángel no hay más que uno

Por mucho que os empeñéis en lo contrario. Seguís aseverando que me habéis avistado en Barcelona, en Londres y, la última vez, en las minas de sal de Polonia. Lo de Polonia sale con frecuencia. Me veis mucho por allí últimamente, y no puedo sino imaginarme un país poblado por mis dobles, triples y vicetriples, al modo de Bronson, aquella mítica ciudad habitada únicamente por seres con la cara de Charles Bronson, cuyas primeras noticias encontramos en las crónicas de Springfield, sustraídas el 26 de febrero de 1992 de la biblioteca de Bioy Casares por J.L. Borges convenientemente caracterizado como el propio Bioy Casares.

Y en estas consideraciones andaba yo esta mañana, dispuestos a preguntaros por qué tendéis a confundirme con cualquier persona que reúna el requisito de no ser yo, cuando he recibido el e-mail que me confirma como nuevo colaborador del programa El Finde, presentado por Ramón García (el de la capa española no; el otro). Contaré con unos diez minutitos para hablar de música clásica con un enfoque distinto, dinámico, diferente, diafragmático y dispépsico.

Ahora sólo queda que Emilcar me ayude a incrustar archivos de audio en lugares públicos para que, si bien hasta ahora no me habéis logrado identificar por mi aspecto físico y mi aspecto químico, podáis evitar malentendidos gracias a mi voz envolvente y a que intercalaré mi nombre entre cada tres oraciones subordinadas. Va a ser la monda.

sábado, 21 de noviembre de 2009

El simposio (entrada larga, pesada y tediosa)

Estos tres últimos días he asistido al IV Simposio Internacional de Derecho Concordatario, celebrado en Almería. Con eso debería bastar, pero daré algún detalle más por si acaso.

El miércoles por la mañana llegué, tras un trayecto que demostró que mi coche, pese a los ruidos que le son propios, aún puede desplazarse a mi voluntad. Como ya iba con cierto retraso, aparqué directamente en la Universidad y llegué justo para el primer coffee break, del que di sobrada cuenta a base de una ingesta desproporcionada y ostensible, comiendo a dos carrillos mientras me presentaba a viejos amigos y a nuevas incorporaciones a la ciencia jurídica, sobre los que esparcí algunos de los restos de galletas y féculas que colapsaban mis fauces. En estos casos bastan dos o tres apretones de manos para sentirse absolutamente integrado. Si en cinco minutos no has conseguido estrechar (o ensanchar) la mano de nadie, se te considera oficialmente desintegrado.

Esa misma tarde tendría lugar un acontecimiento que ha marcado el rumbo de vuestras vidas, seais o no conscientes: pronuncié la primera conferencia de mi vida. Estoy acostumbrado a hablar en privado; no es la primera vez que hablo en público; incluso he defendido un par de comunicaciones en congresos, siempre con erótico resultado. Pero ponencias, esta fue la primera. "Treinta años de jurisprudencia entre los Acuerdos de 1979 y la Ley Orgánica de Libertad Religiosa". Es el nombre que quisimos darle, en recuerdo de su abuelo paterno, hombre recto y piadoso. No me fue mal, aunque los nervios me corroyeran las meninges y tuviera que lidiar con dos servidores del enemigo que, desde el patio de butacas, me hacían muecas y cuchufletas para que perdiera la compostura.

Esa noche caí rendido a la cama y dormí profundamente, con la placidez que da tener la conciencia intranquila, pero estar exhausto. Es cierto que el jueves por la mañana, al levantarme, me encontré cercano al estado de combustión espontánea debido a los 7.000 ºC a los que las autoridades hoteleras regulan los termostatos de todas las habitaciones en las que me hospedo, pero nada a lo que no pusieran remedio las abluciones matutinas.

De ese día he de hablar de la comida institucional, que tuvo lugar en un cortijillo simpático, sito a las afueras. Charlé amenísimamente, y esto no son ironías habituales, con mis compañeros de mesa: Don Fernando Sebastián, Arzobispo emérito de Pamplona, y Don Alberto de la Hera, que es una de esas personas que deberían ser de obligado conocimiento. Me acompañaron en el agradable trance (cuarta acepción) las jóvenes promesas López-Sidro y Landete, docentes siempre predispuestos a la chanza y al chascarrillo baturro. El problema radicó en que la comida se basó íntegramente en un cúmulo de grasas insaturadas, polisaturadas y sobresaturadas que a mí me provocaron ocho isquemias auriculares y un conato de aneurisma cerebral, pues no todos los días se engulle tal cantidad de migas de harina con cerdo en cualquiera de sus manifestaciones. Menos mal que tuve la precaución de pedir piña de postre y no sucumbí a la voluptuosidad de los súcubos latentes en los tazones de arroz con leche que supusieron la perdición de alguna joven promesa que no nombraré ahora por haber sido ya nombrada antes.

El resto de la tarde se vio acompañado de más ponencias y de un simpático cuadro flamenco que sólo se vio empañado por el prurito de no conformarse con ser cuadro flamenco y querer representar una denuncia de la violencia de género (confieso que no me gustan esos remixes), y por una narradora que hacía ímprobos e inútiles esfuerzos por parecer andaluza, cuando por su correctísima dicción, diríase que enseñaba Oratoria en la Universidad de Valladolid. De cada ese que ocultaba surgían, cual cabezas de hidra, siete más. Lo demás, fantástico.

Esa noche hice las maletas, y ayer, después de las últimas ponencias y de las despedidas, que fueron tristes pese a constar en programa, volví a Murcia con ganas de más congresos así y de retomar algún día la docencia universitaria que me fuera arrebatada y a la que volveré, en calidad ya de promesa de mediana edad, como que me llamo Ángel.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Incidencias musicales

La primera, el jueves por la tarde. Lo previsto era asistir a lo que yo creí un encuentro-charla-coloquio con Ricardo Liniers y que resultó ser la final de un certamen de rockeros murcianos, en cuyo jurado figuraba el dibujante suprascripto. Había que pagar para entrar y esas cosas al final acaban pasando factura, así que opté por la retirada honrosa. Además, a pocos metros de la falsa conferencia, en la catedral, tenía lugar un conciertazo de órgano, y allí me dirigí, con un despecho no exento de distinción y elegancia.

Sabéis que en los conciertos de música clásica hay gente que tiende a toser y a carraspear en momentos especialmente delicados, debido a la dificultad que experimentan al contemplar cómo otros sí disfrutamos de la música. Como el órgano de la catedral tiene gran fama, y suena potente y estruendoso, los melófobos tuvieron que mandar comandos especiales. Así, durante todo el concierto tuve de compañero de banco a un anciano provisto de algún adminículo bucodental capaz de sonar como si chasqueara la lengua contra el paladar con un leve matiz de absorción nasal. Y, por si no fuera suficiente, mientras sonó el segundo Bach, el señor de detrás aprovechó para hacer una llamada de móvil y hablar durante unos minutos con un grandísimo amigo suyo a juzgar por las jocosas expresiones que profería. La victoria de la trompetería del órgano fue pírrica, pero no hubo que lamentar demasiadas bajas.

El segundo imprevisto, hoy. El plan era grabar durante toda la mañana tres cantigas completas de Alfonso X el Sabio. Grabación seria, con sus pruebas de sonido, sus micrófonos, su viola da gamba, su percusión, su flauta dulce y sus ocho voces arcangélicas. ¿Cómo puede torcerse un plan tan milimétricamente elaborado? Sencillo: ubicando espacialmente la sala de grabación cerca de un espacio con infrecuentes usos de explanada de conciertos y ubicando temporalmente la grabación el día del maratón de la música heavy en Murcia, de doce del mediodía a doce de la media noche. La regia potestad de don Alfonso nada ha podido hacer contra los berridos y barritos anexos, así que hemos recogido y nos hemos visto obligados a recoger y vagar de taberna en taberna ahogando nuestra frustración en vermú abundante.

Corren malos tiempos para la música, chicos. A no ser, claro, que prefiráis el rock a la monótona monodia de una buena cantiga. Permitidme concederos el maleficio de la duda.

martes, 10 de noviembre de 2009

Atrasado en el tiempo

Hace años me regalaron un reloj superchulo. Hasta entonces no me había dado cuenta de lo que la gente puede llegar a fijarse en los relojes. Si fuerais sinceras, mujeres lectoras o lectrices, cuando os preguntaran sobre la parte del cuerpo en la que primero os fijáis del opuesto sexo, contestaríais que es el reloj, y no los ojos, las manos, el músculo periestafilino interno o todas esas fruslerías que soléis responder a tan frecuente cuestión.

Por tanto, puede decirse que, sin proponérmelo, fardo de reloj. Lo que no debería decirse, aunque os confío porque -de tontos sería no admitirlo a estas alturas- os amo con todo mi corazón y con todo mi músculo periestafilino interno, es que mi reloj atrasa. No unos segundos cada muchas horas, en plan imperceptible. Tampoco de forma paulatina. Mi reloj sorprende y, de un momento a otro, es capaz de retrasar perfectamente cinco o diez minutos sin una triste alarma que sirva de aviso.

Naturalmente, lo llevé a reparar cuando aún estaba en garantía. En la relojería me hicieron firmar papeles de todo tamaño, color y orientación sexual y, tras una semana (seis días y unos pocos minutos, en mi reloj), recibí la tristísima buena noticia de que el aparatito estaba estupendamente, y que el problema radicaba con seguridad en su exposición continuada a arcos voltaicos o campos electromagnéticos, a cuya compañía me debieron de notar proclive.

Si algún día quedamos y llego tarde, por tanto, no me culpéis a mí, sino al perverso electromagnetismo que, no cabe ya duda, involuntariamente desprendo.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Todo estupendo, tienes que ir

Mi amigo Marcos ha estado casi un mes de vacaciones en la India. Como las postales ya no están de moda pero, hasta hoy, entre amigos sigue llevándose eso de estar en contacto, ha aprovechado los pocos momentos de asueto que ha disfrutado con conexión a internet para darme puntual informe de sus avatares vía e-mail. Tras su atenta lectura puede concluirse que, mientras que las zonas turísticas son demasiado turísticas, las localizaciones recónditas se antojan antros de bacilos, estreptococos, suciedad y, básicamente, mierda. Me cuenta que no es raro encontrar gente, no ya orinando en un muro, sino defecando en mitad de la calle, por no hablar de la gastronomía local, capaz de provocar úlceras irrevocables en un estómago de adamantium.

Sin embargo, mi amigo Marcos es de esas personas que, como todas las que no son yo (casi todas, lo admito), te narran las desgracias viajeras para, acto seguido, recomendarte la experiencia, hablarte de lo bien que se lo han pasado y decirte que ha sido inolvidable. En este último extremo, he de admitir, yo también coincido con ellos: esos viajes suelen ser inolvidables. Pero, ¿de ahí a recomendar semejantes vivencias kafkianas? ¿No es más sencillo descolgarse con un sincero "mira, Ángel, ha sido un viaje horrible, que no te deseo a no ser que sientas la vocación a misionero de la caridad o a misionero humanitario de la ONU" o incluso, si se desea encubrir el desastre, mentir cual bellaco y contar sólo la parte en la que encuentras la paz interior en el Taj Majal?

No. Por lo visto, lo que se lleva es mostrarse abiertamente esquizoide o masoquista. Yo, urbanita irredento, practicante del sedentarismo precoz y mileurista resignado, guardo para mis escasos desplazamientos la sinceridad que da el apostar siempre sobre seguro y dejar cuantos menos cabos posibles a las caprichosas manos del azar. Puede sonar aburrido, pero, creedme, lo prefiero a verme en la delicada tesitura de tener que llegar al hospital más próximo, víctima de una gastroenteritis vírica, sorteando excrementos de vaca sagrada.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Liniers

¡Qué sería de mí sin Guisela, Guiselka, Grishlaine, Grishnackh o Ghirlandaio, que de todas las formas se la puede llamar! Ella fue, chicos, chicas, la que puso ante mi vista la primera tira cómica de Liniers. ¿Quién es Liniers? ¿Por qué se llama así? ¿No podría haberse llamado Don Pablos, como el Lazarillo? Todas esas respuestas, y muchas más, en este post de tres párrafos como le gustan a Ruf, mi nuevo leader, coach y manager.

Liniers es dibujante, autor de la tira cómica que todos los días aparece en La Nación, periódico argentino de orientación antikirchneroide. Su humor es lo que nos ha traído hoy aquí. Heredero confeso de Mafalda, en sus tiras se entremezcla con maestría un tono naïve no exento de acideces, pero con amabilidad, ternura y sin pasarse. Con mucha clase. Oliverio la aceituna, Lorenzo y Teresita, la vaca cinéfila, Enriqueta, Fellini y Madariaga, Z-25 el robot sensible y, sobre todo, multitud de duendes y pingüinos, son algunas de sus creaciones. Y todas merecen la pena.

El tercer párrafo sirve para decir que tiene cinco volúmenes publicados y una web que tarda nueve meses en nacer del todo, pero que merece la pena. También se puede decir aquí que lo tendremos en Murcia el jueves que viene, día 12, en la ESAD, a las 20.30h. Os dejo con dos de sus tiras cómicas, una encima de otra. No cuentan como párrafo, es un misterio. Como el que desprende el Misterioso Hombre de Negro.

sábado, 31 de octubre de 2009

Informe findesemanal

Como la semana que viene se avecina repletita de estupendo y suculento trabajo, no voy a poder hablaros de mi fin de semana, así que os adelanto toda la información de primera mano y sin azúcar añadido:

-El viernes asistí a la quedada de blogueros que, inserta como era ella en la Feria del Libro, fue exitosa y acudimos de tres (según estimaciones policiales) a seiscientos millones de personas (según la organización). Hablamos de literatura, de nuestros blogs y de lo azul que estaría todo si no fuera por el resto de colores.

-El sábado por la mañana, con setenta y dos grados centígrados y dos amigos, me tomé unas copichuelas aperitivescas en zona céntrica de Murcia. Todo bien, casi no hizo falta que usara mis superpoderes.

-El sábado por la tarde, a eso de las siete, con marejadilla interior y vientos de componente norte-nordeste, me imbuí en el papel de sushiman y estuve preparando sushi, sashimi y demás delicias japonesas con arte inusitada. Cuando vengáis a Murcia os voy a cocinar una sopa de miso que os vais a chupar las meninges.

-El domingo por la mañana, sin embargo, descansé y, tras un sueño reparador, acudí a la misa más temprana y merodeé por Murcia en busca de churros, chocolate, nuevas, apasionantes y aventuras. Como no encontré más que desolación y parejas de Testigos de Jehová, volví a casa y comencé a hacer ejercicio bucodentales hasta el momento de la refacción.

-El domingo por la tarde acabé mi fin de semana cantando polifonía renacentista, que es la mejor forma de cantar polifonía: acabando el fin de semana. Grandes momentos con el Puer natus est nobis à 4 de W. Byrd. ¿Vendréis a oírme al concierto?

¡Bien!

martes, 27 de octubre de 2009

Mens sana in corpore insepulto

Como sabéis, la semana pasada sufrí una lesión en el hombro izquierdo; mi primera lesión, la protolesión, que me ha obligado a guardar reposo y durante cuya convalecencia han pasado por mi mente, a cámara lenta y como consecuencia de la ingesta masiva de ibuprofenos de diversos colores, olores y texturas, los grandes logros deportivos de mi vida. Narraré uno, pero en tercera persona del singular, como mandan los tratados internacionales en vigor.

Corrían los años ochenta. Mecano triunfaba, los especiales de Martes y 13 aún eran especiales y llevar ropa ochentera no se consideraba retro. En un rincón del patio del Colegio San Buenaventura de Murcia, un joven enclenque ataviado con el riguroso uniforme gimnástico se preparaba para correr los cincuenta metros lisos con un plan perfecto para bajar de una vez su marca personal y pasar de los infames 8'16" a los gloriosos 7'59". Lo importante era que la cabeza sobrepasara la línea de meta, así que una leve inclinación del tronco hacia delante aseguraba un éxito fruto de meses de reflexión pausada y serena.

En efecto, así fue. Aún resuenan los aplausos de los testigos que pudieron contemplar la proeza del compañero que siempre pasaba inadvertido, que se colocaba tras las columnas, que no subía la cuerda ni aunque ardiera por su extremo inferior y que ocupaba siempre misteriosamente el último puesto en la fila para cualquier ejercicio que requiriera espera. Porque no era para menos. Porque no todos los días se ven angulaciones corporales tan paulatinamente decrecientes como aquella, ni aterrizajes de emergencia sin avión, ni el hundimiento moral del urdidor de una trama perfecta sometido a la tiranía del cronómetro, que, ni siquiera así, bajó de los ocho malditos segundos.

jueves, 22 de octubre de 2009

Distenso

El viernes pasado hice algo mal. Es raro, porque yo los viernes no suelo hacer nada mal. Los martes y los jueves sí, cosas malas, malísimas, nefastas... pero viernes no, no es habitual. En cualquier caso, la maldad redundó en un leve dolorcillo en el hombro izquierdo apenas perceptible por el oído humano, que el sábado se acrecentó ligeramente y el domingo me impedía incluso disparar mi AK-47 contra el enemigo capitalista. El lunes no me quedó más remedio que comer salmón al eneldo y, acto seguido, conducir con una mano hasta el Hospital Virgen de la Arrixaca, sección Urgencias.

Al llegar todo fue según lo previsto: la monja con ojo de cristal tras la ventanilla imprimió un montón de pegatinas con códigos de barras y me mandó a la barra de celadores, donde me despojaron de las pegatinas y me aconsejaron la sala de espera. Destacaría la presencia allí de una gitana tamaño hobbit, aspecto enano, lenguaje orco y mente gollum que despotricaba junto con su grupo de proyecciones mentales contra el hospital y contra los médicos. Intervinieron las fuerzas y cuerpos de seguridad del hospital, que consiguieron reducirla (aún más), para acto seguido explicarnos al resto de despojillos humanos que la señora era habitual del antro y que raro era el día que no aparecía por allí para amenizar las tardes con sus chascarrillos.

Del resto, pues lo normal. Cada nueva sala que visitaba, radiología incluida, habrían hecho que el mismísimo Dante añorase el círculo más profundo del averno. Y yo sin más Virgilio que un jueguecito de iPhone de encuentre usted las siete diferencias. Dos horas después abandoné la academia con una radiografía, una distensión muscular de grado 1, un cabestrillo y previsión de convertirme en el adalid murciano del ibuprofeno.

Disculpad la falta de profusión escriturística de esta semana, pero cada vez que levanto la mano izquierda para teclear o alzar el puño a mis camaradas, observo, con sorprendente grado de detalle, el planeta Omicron Persei 8 y sus satélites anexos.

domingo, 18 de octubre de 2009

Por caridad

En cierta ocasión, un pobre de solemnidad y nacionalidad rumana, a la salida de misa de una, se dirigió a mí. Yo, como suelo hacer en ejercicio de precaución cristiana, aceleré el paso y silbé. El pobre me dijo que no me pediría dinero, que frenara la huida y tuviera la bondad de comprarle algo para comer. En especie, pues, no en metálico. Lo que tenía era hambre, sin más, y eso no podía hacer daño ni mal a nadie. Poco después de acceder a su solicitud, me sugirió que invitara también a una pobre fémina que había por allí, y en concreto pidió dos cocacolas y dos bocadillos de lomo a la plancha con tomate de los Hermanos Rubio, un restorán tirando a bastante caro. Nueve euros, para ser exactos, me costó aquel día mi obra de estupidez.

Días después, el mismo pobre me reconoció, me paró por la calle y me pidió, en este orden, un calefactor para su casa, un aparato que reprodujera cedés y un televisor grande. Escarmentado, me negué rotundamente. Las bendiciones con que me obsequió por los lomos del domingo pretérito trocáronse en denuestos e improperios. Y yo hice el firme propósito de no dar más limosna a los pobres de solemnidad de las puertas de las iglesias.

Esta mañana, sin embargo, camino de la céntrica iglesia de San Miguel, un anciano con acento marroquí me ha preguntado la dirección de un hospicio murciano y por la de un famoso tanatorio. Después, educadamente, con buenas formas, me ha dicho que tenía hambre. Le he dado un euro. No llevaba mucho más, la verdad.

No sé si me estaré ablandando con los años o si era ese "nosequé de encíclica papal" que tenía en la mirada, por parafrasear a Mafalda, pero eso sí, espero no encontrármelo la semana que viene porque con esta relajación de costumbres podría llegar a considerar regalarle el iPhone, y eso sí que no.

jueves, 15 de octubre de 2009

Risas garantizadas

Cada año, en los senos abundantes y generosos del EBE o Evento Blog España, se otorgan premios a las bitácoras patrias en diferentes categorías. Que si mejor blog tecnológico, que si mejor blog de humor, que si mejor blog personal, que si mejor blog presocrático, que si mejor blog sobre gallináceas... Una especie de ceremonia de los óscars, pero con premio real: un ordenador portátil y el respeto y veneración de la comunidad internáutica, internetil o internetoide.

Pues bien, llega a mis oídos que a día de hoy este blog va ya el treinta y ocho en categoría blogs de humor (y lo que es más exorbitante y cucurbitáceo: mi twitter se sitúa el tercero en el ranking). Es curioso, porque cuando me preguntan de qué va mi blog, jamás he sabido responder. ¿Es personal? Hmmno. ¿Humorístico? Hmmno. ¿Temático? Hmmno. ¿Entonces? Hmm...

Ahora que sé que es de humor, tendré que contar chascarrillos baturros, hacer cabriolas y colgar vídeos jocosos en los aparezca gente cayéndose de sitios o gatos fuera de contexto.

Mientras no me obliguéis a escribir "xD", todo irá bien.

martes, 13 de octubre de 2009

¡Episodio 3! (post de paso)

Pues sí, damas y caballeros. Aquí tenéis al tercer episodio de "La divina comedia", el podcast sobre cine en el que Chexpirit y yo mantenemos apasionados debates acerca de la condición humana en tanto en cuanto relacionada con la gran pantalla, la mediana pantalla, la pequeña pantalla y la micropantalla (o pantallín).

En esta ocasión, libres de spoilers, llevamos al cielo "Up" y "Malditos bastardos", "Distrito 9" se queda en el purgatorio y "Transformers 2" hierve en las calderas de Pedro Botero.

Cuanto antes lo oigáis, antes llegará la felicidad a vuestras vidas.

sábado, 10 de octubre de 2009

La cosa no funciona

Vista la última de Woody Allen. Y esta vez en V.O.S., como mandan los cánones. ¿Qué me ha parecido? Pues que "Si la cosa funciona" ("Whatever works") es una película floja y mediocre si la comparamos con la gran mayoría de sus anteriores producciones. Como sé que alguno me dará fuerte y flojo (que diría Cuallis), razono mi respuesta.

Larry David interpreta a uno de los mejores woodyallens. Histriónico, hipocondríaco, misántropo, nihilista y chistoso. De hecho, es casi lo único que tiene su personaje: chistes cargados del cinismo habitual, aunque bastante más explícito y menos sutil que en anteriores entregas. Una película de Woody Allen, a estas alturas, no debería ser solamente un monólogo de humor. "Whatever works" es algo más, pero ni demasiado más ni demasiado mejor.

Además, la película adolece, sobre todo en torno a la mitad de su duración, de un guión que se vuelve previsible, tontorrón y plagado de los clichés de los que tanto se despotrica durante el metraje. Al final, para coronar, una moraleja innecesaria y demasiado obvia que a mí, al menos, se me empalagó.

Mi opinión: una película prescindible y, desde luego, incomparable con las genialidades que solía rodar, con más o menos acierto, hasta "Match point", su, hasta ahora, última gran película.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Madrit

Ayer dio comienzo el LIBER. Todo bien. Muchos libros, muy bonito todo, moqueta gris, impresores, diseñadores, cruce de tarjetas y suficiente zumo de mango.

El viaje en tren fue, quizá, lo más reseñable. Me situaron en el vagón más solitario y gélido de todo el tren. Pregunté al revisor si era posible evitar mi muerte por congelación, y éste, al ver que mi aparato fonador aún no había colapsado, bajó el aire un par de grados más. Como es lógico, emigré hacia el sur en busca de vagones más cálidos.

Durante la ruta me encontré con dos conocidas y opté por sentarme junto a la segunda, por notarla más desvalida y falta de compañía masculina. Curiosamente, desde el momento en que me senté junto a ella la temperatura del nuevo vagón también comenzó a bajar. Era obvio que el avieso revisor percibió mi estratagema y continuó con su maquiavélico plan.

A la altura de Albacete subió al tren Ernesto Sevilla. Como pensé que nada le haría más feliz que firmarme un autógrafo, me acerqué a él, pero tan tímido y trémulo me hallaba, que en vez de "autógrafo" dije "micrófono", y todo ello hablándole de usted sin explicación aparente. La próxima vez todo será distinto.

Antes de que me diera cuenta, tras más de cuatro horas de viaje, había llegado a la capital. ¿No lo notáis?

domingo, 4 de octubre de 2009

La ley del feriante

"Mes de ferias, año de nieves", reza el refranero popular. Hoy ha concluido mi labor de azafata monísima y ligera de ropa tras el stand de mi editorial en la Semana de la Edición Independiente de Blanca. Hoy debería haber concluido, más bien, pues ciertos elementos patógenos y febrículos me han retenido en casa en contra de mi voluntad, presa de moqueos y demás síntomas del resfriado, que ya remiten, ya retoman su brío, por rachas.

Pasado mañana seguimos la marcha. El año pasado fue en Barcelona y ya os conté. Este año, el LIBER se celebra en Madrid, Villa y Corte. Me podré codear con las grandes editoriales, mirar con altivez a las pequeñitas y prender fuego a Anaya, Santillana o Vicens Vives, origen y fuente de todas las desdichas de cualquier niño que tuviera el valor de nacer en los ochenta. Desde el martes hasta el viernes viviré en vuestra capital, lo cual significará que mis ya exiguas fuerzas irán paulatinamente agostándose en pleno mes de octubre. Madrid, mi némesis, con su superpoder de absorción de energía. Algún día la venceré, y ostentaré el puesto de capital de España que hace tanto me fue arrebatado.

He de aprovechar para animar a mis lectores madrileños interesados en libromaquia que, si apetecen de visitar las instalaciones guiados por el que suscribe, no tienen más que acudir a la caseta de Murcia en LIBER, allá por IFEMA. Es cierto que le hará falta invitación para entrar, pero supongo que habrá suficientes; no tendrá más que pedírmela a través del correo electrónico que aparece en mi perfil. A veces, un correo electrónico vale más que mil palabras, a no ser que se componga de mil palabras, en cuyo caso vale exactamente lo mismo.

Paradójico, lo sé, pero cuando seais feriantes como yo sabréis a lo que me refiero. Es nuestra ley. La ley del feriante.

martes, 29 de septiembre de 2009

Futura entrada sobre experiencia presente

Hoy, los pasos de un amigo al que suelo seguir para informar a unos señores muy simpáticos que me pagan por revelar paraderos de otras personas, me han conducido a mi antigua academia de solfeo. Lo primero que he pensado al entrar ha sido en mi deber de escribir un post sobre la experiencia, pero lo dejaré para más adelante; creo que esto es prioritario.

Todo parecía más pequeño, más vacío, más desafinado. ¿Es ese el efecto que causa mi ausencia? ¿Es eso lo que quiero que pase cuando me vaya de los sitios? Tales y similares preguntas me han asaltado, pero no llevaba dinero encima y se han tenido que marchar con las manos vacías.

Allí cursé estudios de solfeo y violín hasta los trece años, edad en la que decidí que mi futuro, lejos de guardar relación con la música, se orientaría hacia otros derroteros más relacionados con deportes de riesgo y ropa holgada. Eso, y que no logré aprobar tercero de violín, instrumento difícil que requiere vocación, virtuosismo y estudiar de vez en cuando.

Me ha sorprendido que dos profesoras aún me recordaran, aunque ya se sabe que gente rencorosa nunca falta (chiste patrocinado por Les Luthiers). Supongo que habrá sido por la barba frondosa y la chaqueta de tweed.

El resto, igual. Igual que siempre. Un trocito de mi pasado se me ha representado hoy. Ya os lo contaré en otro post, pero, aun a riesgo de parecer una patata humana, os digo yo que ha sido muy, pero que muy gratificante.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Nihil novum sub sole

A continuación, un listado de palabras imprescindibles que comienzan por "bran":

-Brandemburgo.
-Brandivino.

Miradlas. De cerca. Aproximad al monitor vuestros globos oculares desprovistos de córnea, yunque y peroné. Ahora alejaos poco a poco, sin fijar la vista en ningún punto concreto. Cuando estéis a tres mil kilómetros de distancia, si todo ha salido bien, observaréis una semejanza entre ellas que va más allá de su relación incestuosa. ¿La veis? ¿Podéis apreciarla?

Nada más. El único motivo que me condujo a escribir este post era precisamente ese: compartir con vosotros, en estos momentos de incertidumbre, cuando la sombra de la sospecha se cierne, amenazadora y anciana aunque bella aún, sobre nuestras hipófisis y apófisis, mis consideraciones humildes, sin pretensiones, desdobladas, patrocinadas y servidas en pequeñas bandejas con decoración que, sin llegar a poder ser calificadas como neohebreas, sí podrían ubicarse en la línea del clasicismo más dieciochesco, decimonoveno y veinteavo.

No hagáis caso al párrafo anterior. Lo único que pretende es llamar la atención. En cuanto se descuide le practicaré una anastomosis y lo llevaré a la sala de postoperatorio, donde será informado de los derechos, deberes y obligaciones que recoge nuestra Carta Magna para estos casos. Este es, por tanto, el párrafo auténtico.

Con afecto no exento de nada en absoluto,
Ángel.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Desde el polígono

Ayer, a eso de las siete de la tarde, recibí una llamada. La vi una hora después. Tenía el móvil en silencio y mi muslo izquierdo, con el uso, se ha ido acostumbrando a la vibración y ya roza la insensibilidad.

Durante el ensayo semanal, a las diez menos veinte, volví a recibir la llamada del número oculto. Ni lo noté ni lo hubiera cogido, porque eso de hablar por teléfono mientras se canta es de mal gusto y además les tengo miedo a las merecidas regañinas de mi director.

Después de cenar, disfrutando de una agradable velada en un bar no demasiado ruidoso, el misterioso número oculto insistió. Esta vez lo cogí. Una voz masculina que conocía mi nombre, desde el otro lado, me saludó afable y me preguntó si no me acordaba de él. Al obtener respuesta negativa, dijo que estaba en el polígono, y que iba a mirar exactamente dónde. En ese momento se cortó la comunicación.

Al despertar, me he encontrado con dos llamadas, de las cuatro y media y de las seis de la mañana. Esta vez con número visible, pero desconocido. No sé si es el mismo, ni a qué polígono se refería el oculto, ni, sobre todo, conozco a nadie que no conozca.

¿Qué se hace ahora?

martes, 22 de septiembre de 2009

Videojuegos reunidos

Alguno de vosotros sabéis que padezco del cierto componente peterpanesco que caracteriza a gran número de componentes de la generación del 78 y alrededores, vaya usted a saber si influidos por la proximidad de la promulgación de nuestra Carta Magna. Lo veo probable. Eso hace que, entre otras cosas, me guste afrontar el futuro sin renunciar a ciertos placeres del pasado.

Todo este prolegómeno para contaros que hace unos años me compré una Xbox 360, la consola de Microsoft, que empleo con cariño y mesura cuando no atisbo horizontalmente -en el horizonte- nada importante ni urgente. En la industria videojueguil, cuando uno menos se lo espera, aparecen joyitas cada vez más equiparables, en cuando a lenguaje narrativo, a obras cinematográficas o literarias. ¿Ha bajado el nivel de las películas y los libros? Con excepciones, sin duda. ¿Va subiendo el de los videojuegos? Sin duda, con excepciones.

Os dejo con un ejemplo de lo que entiendo por videojuego bien hecho. Es una cinemática -vulgo tráiler- del "Assassin's Creed 2", un refrito postmo que nos pone en la piel de Ezio, joven noble de la Italia renacentística y humanistoide al que misteriosas circunstancias sitúan en la piel de un miembro de la secta de los hassassin. Por cierto, en el vídeo no aparece, pero habrá personajes históricos en la trama; entre ellos, como no podía ser de otro modo, Leonardo DaVinci, esta vez en el papel de fabricante de artilugios y gadgets para Ezio -¿mencioné lo de "refrito postmo"?-. Ya me contaréis qué os parece.


domingo, 20 de septiembre de 2009

Volvemos con ustedes

Ahora que me he enterado de que existe una web donde emiten "El chavo del ocho" veinticuatro horas al día, puedo hablar sin tapujos de la vuelta al cole de La Divina Comedia. ¿La recordáis? ¿Aunque sólo sea de oído? ¿De vista? ¿Olfato, tal vez? Igual da. Hace meses, un amigo y yo montamos un podcast sobre cine, le llamamos La Divina Comedia porque nos pareció originalísimo, grabamos dos episodios y paramos súbitamente. Por varias razones:

-En el segundo capítulo empezamos a derramar spoilers de forma absolutamente intencionada. Hemos sido por ello injuriados, vilipendiados, denostados e incluso diseccionados en pequeños fragmentos que cabrían dentro de una lonja de pescado cualquiera.

-Mi amigo, al que podríamos llamar Gumersindo de Azcárate por su afición a comer frutos secos cuando reescribe su autobiografía -pese a que su verdadero nombre sea Luis, lo cual nos parece inapropiado-, asiste con frecuencia y deleite a nuestras aulas universitarias. Exámenes, estudios, prácticas y demás exornos han entorpecido la regularidad de grabación que ambos deseábamos. Todo eso es ya historia.

Ahora se nos plantea un gran reto, para cuya satisfactoria resolución necesitaremos vuestra inestimable y merecida ayuda. Como sabéis, todo episodio de La Divina Comedia tiene un cielo (donde llevamos dos películas, una por locutor, que nos haya parecido magistral), un purgatorio (donde discrepamos acerca de otra) e infierno (donde despotricamos al alimón sobre alguna cochambrilla cinematográfica). Acabamos de llegar del verano. Todos sabemos a lo que van quedando reducidas las carteleras cuando se aproxima el implacable lorenzo. Falta sitio en el infierno, mientras que el cielo sale deficitario. Siempre queda la opción de echar de mano al clásico de turno, pero nos gustaría hablar de algo reciente y jugoso.

Cualquier idea será bienvenida, considerada, rechazada inmediatamente, reconsiderada, admitida mediatamente y puesta en libertad bajo fianza. A cambio, no usaremos spoilers siempre y cuando no podamos, queramos o debamos.

Gracias. Pueden marcharse.

martes, 15 de septiembre de 2009

Madre mía...

Como sabéis, ayer recibí de manos de los Reyes Magos las cuatro primeras temporadas de Lost y, como igualmente sabéis, creo que deberían reinstaurar la práctica del garrote vil para toda esa gente que, al ser interpelada acerca de la serie, ponen mohín de indiferencia, sueltan un "ah-sí-he-visto-algunos-capítulos-sueltos-sí" y se quedan tan tranquilos, sin sufrir una isquemia auricular ni nada.

Hace tiempo que intento inocular el virus de "Lost" en mi propia familia, con resultado uniforme: ninguno. Todo fue bien con mi hermano y "Arrested Development" (recordad, la mejor telecomedia de la historia, y descubierta por mí sin ayuda de nadie). Con "Lost", sin embargo, nada: ni sugerirlo, ni compelirlos, ni azotarles con la vara, ni usar ropa más holgada que de costumbre. Nada. Lo achaqué a la falta de una serie original, con su estuche y todo, como mandan los cánones a los que tanto amo, sobre todo en versión codificada.

Bien. Hoy he llevado a cabo una delicada operación. He empezado a ver el primer capítulo de la primera temporada de La Serie con mi madre. Albergaba esperanzas: además de ser una mujer maravillosa y leer este blog a diario, entre ella y yo nos ventilamos las diez temporadas de "Friends" a razón de tres capítulos diarios. Pues bien, cuál no sería mi jolgorio cuando, tras levantarme para poner fin a la sesión después de visionar los dos episodios que abren la serie ("dos son suficientes", llegué a pensar), mi madre ha dicho:

-Podríamos ver uno más, ¿no?

Ahora vuelvo a confiar en mi capacidad para urdir estratagemas maquiavélicas. ¿Qué será lo próximo?

lunes, 14 de septiembre de 2009

31

Desde mis recién estrenadas unidades, el uno; decenas, el tres; centenas, el cero, me gustaría agradecer, un año más, todos los e-mails, todas las llamadas, todas los mensajitos de feisbu y de tuenti, todos los sms y todas las demás vías felicitatorias que me recuerdan que me acerco a la muerte y que pronto tendré edad para conducir portaaviones de menos de 3.500 kg., de los chiquititos, para ir por ciudad.

Me siento bien. Todos decíais el año pasado que entraba en la mejor decena de mi vida para chincharme, pero ahora veo que de momento está siendo la mejor decena de mi vida, aunque os chinche. Y aún quedan años para que acabe. Años que, naturalmente, emplearé viendo, en bucle constante y sonante, las cuatro temporadas de "Lost" con las que mi familia me acaba de obsequiar por la alegría, paz, serenidad y dinero que le aporto.

A vosotros os agradezco por adelantado los regalos que me haríais.

¡Hasta el año que viene!

And now... ¡Edición de post!

Tengo que enumerar, por imperativo de Chexpirit, los regalos que recibí ayer mismo de los miembros de la Hermandad Robot y Simpatizantes. Era de noche, yo había bebido cerveza en vaso de tubo y Ruf seducía a una camarera para conseguir distraer mi atención. Cuando todo hubo sido urdido con doble participio, me llevaron a un rincón oscuro y, tras cantarme el Happy birthday de rigor, pusieron una bolsa llena de sorpresas a mi disposición. Yo iba sacando los regalos, uno por uno, en este orden:

-Una minitabla de miniplanchar en miniatura.
-Un pato de goma amarillo con funciones de tapón de bañera y viceversa.
-Una funda para trajes.
-Una lupa, en claro homenaje a mi foto de blog.
-Un aparatito de hacer pompas, con su jabón y todo.
-Un bolígrafo de Superman.

Luego, había una bolsa inmensa. Me la entregaron. El gran regalo, el tótem, el gólem, el krónen de los regalos: un juguete para niños de tres a seis años con pingüinos (a los que aún no he conseguido ver) con el que se puede aprender a contar del uno al seis. Es más difícil de lo que parece, pero acabaré por cogerle el tranquillo, sea lo que sea el tranquillo.

Al final, una bolsa insignificante de la FNAC con el "Batman: Arkham Asylum", para que juegue a la Xbox 360 en los ratos libres que me dejen los pingüinos y su jugabilidad extremadamente difícil.

¡Yuhu!

jueves, 10 de septiembre de 2009

Mucamas

Anteayer, la señora de la limpieza nos comunicó su marcha inevitable. En unos días nos dejará una de las dos únicas que no ha destruido de manera demasiado ostensible mi hogar. Sí, es cierto, en algunas ocasiones confundía la ropa incolora con la colorida, pero a quién no le gusta cambiar aleatoriamente las tonalidades de sus vestimentas y salir vestido de mamarracho multicolor de vez en cuando. Por lo demás, fetén.

Sobre todo, claro, si comparamos con las antecesoras. Recuerdo con especial cariño a una. Como la mantendré en el anonimato, no faltaré a la caridad ni a los principios del empirismo básico. Su perímetro torácico y abdominal era superior al del diámetro de cualquier luna de Júpiter escogida al azar, y su concepto de higiene consistía en perfumarse las axilas con esencia de cadáver. Tampoco era especialmente delicada en el trato. Ni con los seres vivos ni con los inertes.

La mañana siguiente a la contratación llegó, trabajó, se marchó y ,al rato, llamó para despedirse. En menos de dos horas había roto tres vasos antiguos, fregado el suelo con lija del siete (a lo mejor no exactamente, pero con similar resultado), y conseguido desprenderle la corona plateada a la talla de la Inmaculada que preside nuestro salón. Para no faltar a la verdad, diré que trató de enmendar su error e intentó recomponer la figura a base de encajarle la corona con una fresadora industrial, si juzgamos por los resultados.

Ahora todos cruzamos los dedos. La cesante ha dejado el listón alto. Casi nos conformaríamos con que la próxima no alcance a cargárselo.

martes, 8 de septiembre de 2009

Oriente (muy) próximo

Escribo estas líneas mientras suenan los últimos acordes arpegiados de la deliciosa "O Solitude, my Sweetest Choice", de nuestro bienamado Purcell, uno de los mejores borrachos que ha engendrado Inglaterra, madre de egregios ebrios de dispersas costumbres.

Y no me queda más remedio que haceros partícipes de mi pesar, de mi preocupación, de mi desasosiego. Esta vez, con motivos suficientes y necesarios. Supongo que recordaréis aquella entrada que escribí, hace no tanto, sobre la película "Un día de furia". Tuvo bastante aceptación en la sociedad contemporánea.

Pasaos ahora por allí. Sección comentarios. Casi al final. Lo veis, ¿no? Pues sí. Rara es la mañana en que no me encuentro con un comentario oriental (¿chino? ¿japonés? ¿norcoreano?). No sé a qué se debe. No consigo descifrar el significado de tanto kanji reunido, pero me inquieta. ¿Será un bot? ¿será un troll? ¿un joven hikkikomori fan de Michael Douglas? ¿un veterano de la guerra de Vietnam?

Agradecería, lectores cultivados en caracteres ininteligibles, una traducción fidedigna. Si me satisface, os pagaré en yenes.

EDITADO: he suprimido la entrada "Ira contenida", porque sí señores, se trataba de spam chino... y no anunciaba precisamente pollo con almendras.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Pues parece que va refrescando

Quisiera, antes de comenzar este post sobre el ligero descenso en las temperaturas del sureste peninsular, referirme a una conclusión a la que he llegado esta misma mañana después de mucho cavilar mientras ejercitaba mis fémures caminando sobre -únicamente- las baldosas rojas de nuestro empedrado municipal. Así, a una semana de cumplir el año más feliz de mi existencia, constato que en esta vida se cumple la máxima que anuncia Woody Allen en uno de los relatitos que componen "Sin Plumas" y que, si bien los buenos duermen con la conciencia tranquila, los malos parecen pasarlo bastante mejor en los momentos de vigilia.

Por mi parte, pues el transcurso de una buena noche es garantía de un día sin sobresaltos y durante el día paso gran parte del tiempo aletargado, retengo con uñas y dientes mi capacidad de sorprenderme cada día ante lo bueno, ante lo malo, ante la salud, ante la enfermedad y ante lo que haga falta.

De momento, bien. Y mejor dentro de unos días, cuando empiecen a bajar en serio las temperaturas.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Literaturmix

Haciendo caso omiso de las recomendaciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, desde este verano estoy leyendo todo lo que cae en mis manos sin orden ni concierto. Sólo ahora, cuando el otoño amenaza con sus rigores y las hojas caen a velocidad constante en movimiento perpetuo, alcanzo cierto equilibrio con alguna digresioncilla sin importancia.

De este verano, la autobiografía del Cardenal J.H. Newman (Apologia pro vita sua) me ha parecido tan interesante como, en ocasiones, inaccesible. Cuando nazca en la Inglaterra decimonónica lo releeré a ver si soy capaz de hilar un poco mejor tal mejunje de pensadores y pensamientos anglófilos.

Hanme placido, sin embargo, las Opiniones de un payaso, de H. Böll, en el que el autor se despacha a gusto, a troche y a moche con las hipócritas prácticas de unos señores que usaron del catolicismo para fines no precisamente religiosos en la Alemania postnazi, con una tramilla de fondo sobre la naturaleza de la institución matrimonial que bien vale unas reflexiones que dejo para los blogs serios y venerables.

De La elegancia del erizo, el gran bestseller de doña Muriel Barbery, que en paz descanse cuando le llegue la hora, diré que aguanté exactamente hasta la mitad. No paré de darle oportunidades, pero lo que mal empieza... mal sigue y supongo que peor acaba. Una historia que mezcla contexto vecinal, ataques manoseados a una burguesía caricaturizada, rechazo a valores occidentales y salvación eterna en los orientales, que reciben guiños cómplices de Muriel hasta el colapso de párpado. Todo ello aderezado con la pedantería supina de una escritora que se desdobla en dos protagonistas y nos recuerda todo el tiempo la cantidad de filosofía que aprendió a base de releer varias veces un número de la revista Quo. Eso, la primera mitad, que luego igual mejora.

Ahora, Borges y Tolkien. Del primero, leídos El Aleph y El libro de arena; en proceso de lectura Historia universal de la infamia, Ficciones y Otras inquisiciones. Del segundo, una tercera e ilusionante lectura de El Señor de los Anillos, que leí por última vez hace casi diez años. A ver si encamino mis pasos hacia algún sitio. Los puertos grises no sería mal destino.

martes, 1 de septiembre de 2009

Desbarajustes litúrgicos

No, no voy a hablar del artículo 118 de la Constitución Apostólica Sacrosanctum Concilium, ni de las guitarras en las iglesias, ni de los aplausos en las bodas, ni de los padrenuestros a manos alzadas, ni de las componendas clericales de las liturgias eucarísticas, ni de los salmos responsoriales de creación propia, ni de la música durante la Consagración, ni de los ornamentos confeccionados a base de cortinas repintadas, ni de las moniciones laicas, ni de las homilías dialogadas, ni de los ministros extraordinarios de la eucaristía por doquier, ni de cualquier aspecto que supusiera siquiera una levísima crítica a la actual dejadez con que, desgraciadamente, determinados jerarcas descuidan uno de los bienes más preciados de la Iglesia católica: su liturgia.

Lo que quisiera contaros es que yo, un amante de Trento, del tradicionalismo y de las casullas góticas, hace muchos, muchos años, tampoco estaba libre de informalismos eventuales. Porque, en la oración de los fieles, al responder "te robamos, óyenos", no tenía intención de robarle a nadie.

Y sin embargo, dada mi antigua y casi contemporánea aversión hacia el agua y las playas, absolutamente consciente era mi petición, al final del Padre Nuestro, cuando rezaba "y líbranos del mar". No sólo lo pedía totalmente convencido, sino que me mostré reacio a rectificiar el error cuando lo advertí.

Era sólo un infantillo y ya he purgado por mis faltas a base de veraneos ininterrumpidos en La Manga del Mar Menor. No me lo tengáis vosotros en cuenta.

domingo, 30 de agosto de 2009

Bucle

Leo las entradas de agosto de 2008 y caigo en la cuenta de que, al igual que tantos otros mamíferos ungulados, vivo sobre un ostinato gracioso que aporta estabilidad no rutinaria a mi rutina inestable:

-Al igual que en 2008, ha sido el año de "Lost". Quinta temporada, y cada vez más interesante. El 10 de febrero del año que viene por fin todo empezará a encajar y poco después entonaremos el nunc dimittis en monodia mientras cambiamos de canal en busca de otra serie norteamericana que nos recuerde la inercia mental del guionista patrio.

-Al igual que en 2008, he visto las cuatro temporadas completas de Monty Python's Flying Circus y sigo pensando que debería ser asignatura obligatoria y evaluable en centros públicos y fiestas de guardar.

-Al igual que en 2008, he pasado un verano carterista. Esta vez no ha sido el chinchón, sino el Poker Texas hold'em. He conseguido demostrar que es posible simultanear sin demasiado problema la falta de fortuna en amores, en el juego y a saber en cuántos ámbitos más.

-Al igual que en 2008, esto de estar sin tirar asaltos desde mayo me tiene retorcido de mono esgrimístico. Quiero batirme en duelo ya con quien sea. Si no hay voluntarios tendré que ser yo el que escoja. ¿Nadie?

El próximo post, en septiembre. Septiembre. Ya sabéis a lo que me refiero.

martes, 25 de agosto de 2009

Propósitos de curso nuevo

Como dije hace unos segundos, para mí el año empieza justo ahora. Del 31 de diciembre al 1 de enero no hay más cambio que el último o los dos últimos dígitos del año. Sin embargo, el verano nos perturba, nos conmociona, nos altera y nos alitera. Lo sepáis o no, dentro de pocos días seréis otros. Por mi parte, he decidido comenzar una campaña de previsión y hacer algunos cambios para mi nueva vida. Van:

-Durante un curso entero he sido Bobby Watson en messenger. Ayer murió Bobby Watson y nació Mister Amontillado. No sé lo que durará, pero me cae muy bien por su chispa y su gracejo.

-Escribiré. Procuraré regar el blog por inmersión y no por aspersión, pero además retomaré la sana costumbre de procrear insanos relatos que no verán más luz que la de las velas de mi dormitorio decimonónico.

-Lucharé por hacerme con la medalla de plata en algún torneo de esgrima. He de superar mi mísero bronce y conseguir una mísera plata. Quizá el curso que viene habrá mísero oro; luego mísero platino, mísero adamantium, mísero cadmio, mísero flúor, mísero wolfragmio y así en la lista periódica de metales y, por qué no, gases nobles.

-Difundiré más música clásica todavía. Ya son seis los remixes que he elaborado con salud, dinero y amor para mis amigos más destacados. Todo aquel que quiera contar con un ejemplar personalizado de "Clásicos impopulares" ha de dirigirse a mí con buenos modales y solicitármelo con los meñiques enhiestos.

-Iré a un balneario. Dentro de pocos días cumpliré treinta y uno, y eso me convierte en un premaduro interesante con capacidad jurídica para someterse a un tratamiento relajante de cervicales, dorsales, espinales y medulares.

-Visitaré a todos aquellos amigos que residen fuera de los límites murcianos y que han demostrado interés variable en alojarme en sus provincias o en sus hogares. Basta de sedentarismo, aunque tampoco demasiado.

-Leeré a Borges y a Vila-Matas. Este va a ser su año. Seguro que se cumple el aniversario de algo que hicieron en algún momento de sus vidas. Eso lo justificará.

Si se os ocurre algún propósito más que deba incluir, tatuároslo a doble espacio en el coxis y mandádmelo por correo certificado al apartado de correos que más os guste.

domingo, 23 de agosto de 2009

Anything goes

Este post carente de inspiración, de espiración y de expiración se usa únicamente para avisar de que ya estoy en Murcia, de que mañana reanudo el trabajo, de que ha sido un verano estupendo con más de una pero sobre todo una agradable sorpresa, de que me he quemado tres veces, de que me ha dado tiempo para preparar una conferencia que jamás oiréis, de que la playa estaba desierta y el sol bañaba tu piel, de que me he vuelto a introducir visualmente las cuatro temporadas de Monty Python Flying Circus, de que he usado el iPhone como modem USB y va estupendamente, de que he hecho deporte, de que he estado a punto de ser picado por una medusa absurda en un contexto ridículo, de que he escrito un relato, de que quiero ser la reencarnación de Miguel Mihura, de que he descubierto el mejor y por tanto más caro restaurante japonés de la Región de Murcia, de que dentro de unos días cumpliré treinta y un años y os extorsionaré, de que una de las aserciones anteriores es radicalmente falsa y de que el que la encuentre no recibirá más galardón que un millón de dólares o una trucha, lo que ocurra primero.

Bienvenidos.

jueves, 30 de julio de 2009

Como un ñiquiñiquiñiquiñiqui

Mi coche hace ruidos. Ruidos nuevos que no hacía antes, ruidos por los que no pagué y que no provienen de mi radiocassette integrado, últimamente dedicado a la reproducción exclusiva de motetes no posteriores a 162o.

Anteayer lo llevé al taller. En los talleres se lo suelen pasar muy bien conmigo, porque soy automovilísticamente tontico y no puedo disimularlo. Luego me pasan unas facturas morrocotudas y muy desglosadas de las cuales cualquiera extraería la conclusión de que todos los mecánicos del lugar, más algunos refuerzos arios, han tenido que someter a mi Volkswagen a una operación de microcirugía con laparoscopia. Sin embargo, esta vez lo llevé a un taller de confianza donde el engaño quedaba excluido.

Excluido, al menos, por parte de los empleados. El coche, después de casi un mes con el ruidito, no emitió más que el ronroneo sexy del motor y un poco de CO2. Como cuando tienes un problema con el ordenador, llamas al informático y el ordenador deja de darte problemas. Con la particularidad de que, debido a mi cara de desesperación y a mi interés porque sonara el ruidito, el encargado se subió conmigo al coche y nos dimos una vuelta por los alrededores por si en movimiento cambiaba mi suerte. Nada. Le pedí que siguiera, que el ruidito estaría a punto de aparecer. Nada. A la altura de Lugo, creo, nos pareció prudente volver, porque se hacía de noche y no había ruiditos.

Lo bueno de la historia es que la revisión me salió gratis. Lo malo, que bastó un alejamiento prudencial del taller para que se reanudara el ruidito, que he decidido solapar como mejor sé. Si vais por la calle y os cruzáis con un coche que lleva a todo volumen unos motetes estupendos anteriores a 1620, ya sabéis. Saludad, que os invito a algo.

martes, 28 de julio de 2009

Ahora sí

Desde que me pasé a mac, allá por el 17 de noviembre de 2008 a las 19.45h, he vivido en zozobra y desasosiego por no haber hecho el proselitismo exigido a todo buen maquero que se precie. En las reuniones, los demás me miraban raro y me señalaban con el dedo o con el paraguas. Incluso ha habido situaciones violentas, como aquella vez, cuando se me impidió untar una rosquilla en salsa bearnesa. Todo por no inocular el virus de mac en ningún pecero.

Hoy, el amigo más antiguo que conservo, al que llamaremos Antonio por ser su verdadero nombre, se ha comprado un MacBook Pro 13". En idioma mac, se dice que Antonio es mi switcher. "Antonio", sujeto; "es", verbo copulativo; "mi switcher", atributo. A los maqueros nos gusta hablar con oraciones simples y, a ser posible, copulativas.

Ahora mi deber de poseedor de un switcher es cuidar de él y procurar que nunca le falte consejo, ni trabajo, ni alimento. Ya tiene un correo con instrucciones básicas para el transplante de mente windows -> mac y ahora está durmiendo. Cuando despierte le echaré un trocito de jamón york a ver si quiere. Y mañana, sin falta, lo llevo a que lo vacunen.

Por fin puedo andar a rastras con la cabeza bien alta.

lunes, 27 de julio de 2009

Disertatio

Sé que han sido ya muchos los autores consagrados que se han ocupado de la cuestión, pero no puedo dejar de abordar un tema tan espinoso y a la vez tan espinoso como el del mundo de la tostada, máxime cuando me lo ha pedido el mismísimo Gobernador Civil de Terra Mítica.

No me detendré demasiado en la génesis del concepto. Es de sobra conocido que la tostada es descubierta por Pericles mientras acaricia a un erizo, y que desempeñará un papel determinante en las primeras Guerras Púnicas, sobre todo de nueve a once de la mañana.

Hasta el siglo XII no se tiene noticia de ninguna más, sin duda debido al característico oscurantismo medieval. Sólo en algunos monasterios del Císter se conservan ejemplares de tostadas prerromanas que los monjes usan a modo de palimpsesto, pero con más mantequilla. En el Romancero Viejo, dentro del "Romance del Conde Sancho, Doña Elvira y Pericles", encontramos este interesantísmo fragmento:

"[...] andaba el buen Conde Sancho,
camino de la posada,
pensando manera buena,
de saciar hambre atrasada.
En llegando al posadero,
ve panes y mermelada,
y cree llegado el momento,
de pedir una baguette".

Siglos más tarde, Leonardo da Vinci esboza unos diseños de tostada aerodeslizante que le valen acusaciones de herejía e incesto con reptiles. Por miedo a la Inquisición, el reputado humanista esconde los prototipos bajo las encías, donde han sido recientemente hallados durante el transcurso de un viaje organizado a Tierra de Fuego.

Los siglos posteriores reflejan el movimiento pendular que caracteriza a la Historia y a determinados tipos de relojes y así, si bien el XVII añade a la tostada adiciones y volutas, es a partir de 1760 cuando se intenta volver a la tostada griega, proporcionada y marmórea. El academicismo del siglo XIX y el florecimiento de las escuelas de Bellas Artes redundan en una mayor consideración del tostadero, que pasa de mero artesano a profesional consagrado y, en no pocas ocasiones, maldito.

El siglo XX supone una revolución en el mundo de las tostadas, sobre todo a partir de la performance que muchos consideran el inicio de la tostadería tal y como hoy la conocemos. Me refiero, obviamente, a "L'éternité perdue", de Marcel Duchamp, en la que el artista se restriega una tostada por el coxis al tiempo que emite sonidos agudos y graves alternativa y simultáneamente. A raíz de esto, Piero Manzoni afirma algo en italiano.

Hoy en día la banalización de la tostada es patente y cualquiera puede disponer de una de ellas casi de forma gratuita. En pocas semanas, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas decidirá sobre el uso de cortezas sobrantes en la fabricación de armamento nuclear. Se espera el veto de la República Popular China y la finalización de este post redactado con síntomas obvios de insolación y síndrome de Stickler.

viernes, 24 de julio de 2009

¡Concurso de motetes!

"Breve composición musical para cantar en las iglesias, que regularmente se forma sobre algunas palabras de la Escritura."

Así define la Real Academia la palabra "motete" (y veintiséis palabras más que hasta hoy nadie ha consultado). En mi coro, como sabéis, cantamos muchos motetes. Unos dos mil por decímetro cúbico. Hay vídeos de YouTube, vídeos de Facebook y vídeos de Primera que lo corroboran. Amamos los motetes de todo tipo y condición, duración, estructura, color de piel, color de ojos e ideología política. Cualquier motete es bienvenido en nuestras vidas, salvo los funerarios, que son bienvenidos en nuestras muertes (obviedad de necesaria recordación).

Esta noche, en nuestro frenesí motetil, celebraremos la II Edición del Concurso Anual de Motetes. Tendrá lugar en una gran mansión. Habrá comida, frutos secos, alcohol y motetes de no más de seis minutos de duración. Cada uno aportará tres. Al menos uno de ellos habrá de ser de compositor español. Ni anteriores a 1440 ni posteriores a 1620. Galardones para los participantes, que deberán convencer al resto de la superioridad musical de sus piezas y de sus respectivas superioridades morales.

Hoy estaré enfrascado en tal singular lid. Desde las nueve de la noche hasta que el amanecer nos separe.

Siento no poder revelar mis bazas, pero tengo la certeza de estar siendo espiado.



jueves, 23 de julio de 2009

La polémica está servida

Después de la polvareda levantada por las declaraciones del Fotocopiador macho del post antecedente, se me ocurren numerosas cuestiones que podríamos someter a debate, siempre y cuando me garantizarais que habrá inútil derramamiento de sangre y que en menos de un mes ingresaréis en mi cuenta bancaria todo vuestro dinero.

Los voy a exponer con guión previo. Procuraré usar la menor cantidad de locuciones adverbiales posibles para no herir sensibilidades.

- Costumbres monacales y hábitos alimenticios.
- Recrudecimiento de hábitos alimenticios en países orientales.
- Dieta basada en el cebollino y hálitos alimenticios.
- Ayudas a los países en vías de desarrollo: soluciones habitacionales alimenticias.
- Ortografía, ingesta indebida de haches y ábitos alimenticios.

Soy consciente de las implicaciones políticas, sociales, económicas y vestales que comporta mi planteamiento, pero no sería yo si no me situara en el límite. Si sentís desasosiego, lo decís y os cuento cómo llegué a Ministro de Gracia y Justicia.

lunes, 20 de julio de 2009

Intermezzo

Regreso a la vida cotidiana después de cinco días playeros en los que he adquirido una interesantísima tonalidad cetrina a base de loción solar factor veinte y sacrificios humanos sin importancia. Han sido días intensos de reencuentros, risas y rememoración de nuevos tiempos.

Después de semejante licencia poética digna del mismísimo Pedro Salinas (q.D.g.), he de decir que Murcia capital no ha cambiado. Esta misma tarde, por ejemplo, he tenido que hacer unas fotocopias en la papelería de la esquina. Nada demasiado serio: documentos relacionados con mi curriculum y fruslerías de similar naturaleza.

El fotocopiador macho se ha acercado con sus bigotes a una de mis publicaciones, la ha observado con gesto tan adusto como severo y ha constatado que versaba sobre relaciones diplomáticas entre España y la Santa Sede. Entonces se ha detenido unos instantes y ha guardado un respetuoso silencio tras el cual ha emitido sentencia firme: "a ver... ¿se puede saber qué Gobierno español se va a tomar en serio la aconfesionalidad del Estado y va a derogar el Concordato? Creo que ya es hora de establecer una separación clara entre la Iglesia y el Estado".

El debate ha durado escasos cinco minutos, los que ha tardado en acabar de fotocopiar. Lo calificaría de profundo y edificante, pero como no ha sido ninguna de las dos cosas me voy a comer galletas y vuelvo dentro de un rato.

martes, 14 de julio de 2009

Advertencia muy necesaria

Comienzan los rigores del verano, los efectos del implacable lorenzo y, con todos ellos, la deliciosa rutina anual veraniega: leves incursiones playeras hasta agosto y, advenidos primeros del suprascripto mes, grave incursión playera hasta el día 23, fecha clave y cónclave en el que celebramos el nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte de Andrés Miravete. Y a partir de entonces, vuelta al laboro y preparación para fechas propicias.

Esta noche mismo, por ejemplo, salgo hacia la zona de entremares, y no volveré hasta el lunes salvo motivo de fuerza mayor tal como una nueva diáspora albigense.

En la playa, ya lo sabéis, no puedo hacer uso indiscriminado de iNet. El iPhone me saca de apurillos puntuales e incluso me lo paso bien twitteando tontunas, pero escribir una entrada de blog se me antoja tarea ardua. Caerá alguna, no temáis, pero será esporádica y no guardará relación con Bertín Osborne, como de costumbre.

Mientras no cesen las fluctuaciones, tenéis diversas opciones que vosotros mismos podéis y debéis ampliar hasta que quepan dentro un edificio público cualquiera:

- No desesperar.
- Desesperar.
- Meter mi blog en cualquiera de vuestros feeders de ordinaria administración.
- Visitar mi blog a diario y regar las plantas.
- Leer mi blog desde el principio y no regar las plantas.
- Venir a nadar a la piscina.
- Esperar vigilantes con vuestra recortada cargada en el rincón de siempre.

Por ahora, eso es todo. Sé que la próxima vez que reciba el informe de visitas el contador estará necesitado de una transfusión, pero os comprendo y sé que a vosotros os cuesta tanto dejar de leerme como a mí dejar de escribiros con la falta de frecuencia y constancia a la que os tengo acostumbrados.

Enseguida vuelvo.

martes, 7 de julio de 2009

De buena ley

¿No sabéis cuál es el programa que da título a esta entrada? ¿De verdad? ¿No os suena? Intentad visualizar los comienzos de Ana Rosa Quintana, de ujiera de tribunal de arbitraje en el programa "Veredicto". Pues igual: dos seres humanos (por lo general) le cuentan sus cuitas a un abogado que ejerce de árbitro, el árbitro se retira a deliberar, el público opina a micro pelado y al final sale el árbitro y dicta el laudo.

La cosa está en que me estoy aficionando al programa. No sólo porque las resoluciones vayan acompañadas por un dicho popular estupendo, ni porque me traiga a la memoria aquellos tiempos infaustos estudiantiles y me sirva para probar mi agilidad mental en casos prácticos, sino, por encima de todo, porque me está sirviendo para replantearme el concepto de jurado popular.

Nunca he tenido demasiado clara mi postura al respecto, y está claro que el público que excreta sus opiniones tendrán pautas de guión y petisoperías de esas, pero cada vez que oigo los razonamientos que esgrimen algunos de los jurídicamente legos, me da por discernir el momento exacto en que el hombre o la mujer dejaron de emplear el cerebro por el yeyuno para ejercer sus funciones racionales.

Pondría algún ejemplo, pero os animo a que lo veais y, puestos a juzgar, juzguéis por vosotros mismos.

lunes, 6 de julio de 2009

Verano rojiblanco

Anteayer comenzó oficialmente el verano. No solsticialmente hablando, ya me entendéis, sino subjetiva y relativísticamente hablando, es decir, que me di el primer baño de la temporada. Como soy hombre precavido, decidí embadurnarme como es debido con la primera crema de protección solar que hallé semioculta en el fondo de una bolsa playera.

Hasta tal punto llega mi precaución que, desoyendo los consejos de Cristiano Ronaldo y Michael Jackson, hice caso omiso del bordado que aparecía en el lateral del botecito cilíndrico y que situaba la fecha de caducidad en noviembre del pasado año.

No sé si sería eso, o la espesez del potingue, o la protección sesenta, o la deflación, o qué. El caso es que con las prisas y la escasez de manos disponibles, quedaron zonas huérfanas de crema, y hoy puedo lucir con orgullo torso y rostro de intensas tonalidades rojas y blancas perfectamente delimitadas.

A ver quién de vosotros puede presumir de poseer una mancha bermeja con la misma forma que el mapa de Rumanía en el lomo izquierdo. A ver.

sábado, 4 de julio de 2009

En directo, retransmitiendo para todos ustedes

Ayer se produjo un acontecimiento insólito en lo que llevamos de civilización occidental. A las ocho horas pe eme, en la Sala de Conferencias y Saraos de la FNAC, Necesito un Arma y Kafelog, dos de los podcasts más provocativos e irreverentes del sureste peninsular, se enfrentaron en singular lid. Singular porque no tuvieron que sacudirse entre ellos gracias a las aviesas maniobras de emilcar, el moderador inmoderado, que consiguió que los que empezaran siendo contendientes tuvieran que aliarse contra las preguntas del resto de blogosfera.

Pero no entraré en detalles. ¿Por qué? ¿Por qué no habría de entrar en detalles de esos que os gustan tanto y os hacen cosquillitas en el alma? Pues porque ayer hubo un taquígrafo en la sala, un narrador imparcial, un cronista objetivo que encargóse de dar fe de lo que allí aconteció. Y ese, amigos, fui yo, como bien sabéis desde que habéis leído el título de este post.

Gracias a twitter y a mis cuatrocientas pulsaciones (sobre el teclado) por minuto, no omití detalle del sinfín de disparates que allí se iban aglomerando. Quizá, la única salvedad venga de la mano de las preguntas técnicas o sobre tecnología, pero no os veo yo en condiciones de pedir más a un canonista de rancio abolengo.

Cuando alguno de los fotógrafos oficiales me pase material, colgaré fotos que marcarán el rumbo de vuestras vidas.

jueves, 2 de julio de 2009

Escuadras y cartabones

En este mundo infernal, do quien no compra perece, cuando uno recibe la llamada telefónica de un antiguo compi del cole con el que perdió un alto porcentaje de contacto, y el antiguo compi del cole le comunica que tiene que decirle algo en confianza, y le pide sigilo, y se muestra aturullado y confuso, uno puede esperar:

... Que te confiese que es gay.
... Que te confiese que no es gay.
... Que te pida bienes materiales.
... Que te quiera vender un jacuzzi respetuoso con la capa de ozono.
... Que te haya plagiado la tesis.
... Que le haya dedicado un soneto a la luz de la luna.
... Que se crea Pol Pot.
... Que te quiera crear expectativas.

Lo que uno no puede esperar es que te confiese su pertenencia a la Masonería Regular andaluza en grado de Compañero, que te invite a su próxima Cena Solsticial, que te hable de Gnosticismo, que pretenda que te unas a ellos y, más que cualquier otra cosa, que todo esto sea rigurosamente verídico.

martes, 30 de junio de 2009

Deuda pública

Mi vida prosigue rutinaria, fofa y vaga entre veladas veladas, sospechosos habituales y señoras que tienden a esparcir eneldo sobre sus víctimas. Todo llegará, parezco oír desde el fondo de un tarro de gel de ducha. Mientras espero, me entretengo estrenando el blog y abanicándome con una biografía de Pol Pot. No se me ocurre nada mejor que hacer, pero confío en que pronto lleguen los rigores del invierno y, con ellos, mi escafandra francesa. Ya sabéis a lo que me refiero.

A petición popular, me gustaría manifestarme contra los grados centígrados. No sé si bastarán los pasquines de rigor o se hará necesario un escrito en tiempo y forma al antiguo Ministerio de Obras Públicas, ahora Charcutería Loli.

A petición impopular, quisiera mostrar mi apoyo sincero a todos aquellos que, en la denodada lucha contra la discriminación y el apartheid, quedaron excluidos del medallero en la última carrera de tacones.

Vale.

jueves, 25 de junio de 2009

Todo vuestro

Ya hice una vez algo parecido, pero dada la renovación de plantilla me considero en la obligación moral, jurídica y económica de repetir con una variación: esta vez no glosaré los beneficios que me reportan la lectura de vuestros blogs. Esta vez iré un paso más allá y posteriormente otro más acá, y os comentaré a vosotros, mis comentaristas habituales. Ready, steady, go, etc.

- Tortugaboba: quizá sea la más asidua. Podéis verla comentando en todas mis entradas, como la fan que nunca tuve. Suele despedirse con uno de los múltiples sinónimos e incluso prolongaciones hipertróficas de la palabra"beso". No sé cómo llegó, pero el blog agradece su presencia y pide que poco a poco vaya saliendo del caparazón, para poder devorarla como es debido, sin cortezas ni impedimentos.

- Gesualdo: guarda similitudes obvias con su homónimo, el Príncipe de Venosa, que se cargó a su señora esposa y al amante de su señora esposa al sorprenderlos en actitud yacente. Dicho así, tal vez no parezca demasiado halagador, pero creo que él sabe a lo que me refiero. Adorador de la música antigua, las bicis, La hora chanante y la buena comida, no necesariamente en ese orden.

- Nils: el perseverante, si tuviéramos que adjetivarlo. Merodea por aquí desde casi la fundación del blog. Periodista consumado y obsequioso, militante de causas ganadas, concedente de envidias sanas e insanas, viajante, menos provocador que antaño e igual de naïve. No es necesario decir que llegará lejos, porque creo que la Patagonia es el único país que le queda por pisotear. Llegará lejos (por si acaso).

- Ace76: pese a querernos convencer de que adora el grunge, las camisas de franela y los 90, todos los que lo conocen saben que en realidad su pasión es el pop, los corbatines y los 80 en todo su esplendor y kitschez. Este murciano nacido en Pamplona es el cronista oficioso de OT en cualquiera de sus ediciones, y posee el don de redactar textos sobre fondo naranja que, por tanto, transmiten buenrollismo a tutiplén.

- María: la amable inquisidora. Empezó sus andanzas por aquí no hace demasiado, corrigiéndome unas faltas de ortografía que yo escribía a propósito para que dejara algún comentario y para convenceros de que no necesito ser perfecto. Me provoca agradables obsesiones ortográficas, gramaticales y musicológicas, sin las cuales mi vida sería un continuo cúmulo de obsesiones de cualquier otro tipo sin garantía de agradabilidad.

- Alejandra: no sabría cómo definir a una señora cuya biografía real es más ficticia que la ficticia, y viceversa. Desconcertante y desconcertada. Filosófica, subrealista, realista y surrealista todo en uno, al mismo tiempo y a precio de fábrica.

- Simón, el barítono, la penúltima incorporación comentatitva de este blog. Molinense y basileriense al tiempo. Aburrido con tanta nota intermedia y tanto papel operístico, reclama risa de gatillo fácil, lo que le valió una entrada en este mismo blog no hace demasiado tiempo. Comentarista de nombre camaleónico, pero identificable y descriptivo, hace resonar sus estentóreas carcajadas en modo mayor por las calles de Basilea mientras escucha el podcast de Ars Mvsica.

- Guisela, Shishela, Cheesela y otros tantos smileys identificativos. Rumorística, descendiente de nobles, amante de Murcia y sus tradiciones, fundadora de Cartagena, última incorporación al blog, benefactora de la Humanidad, idiomática, remozadora, advenediza, adventista, boluda, epigramática, ebanista y, sobre todo lo demás, rubia.

Me dejo gente, lo sé, pero se me acaba de morir Michael Jackson y esto me ha provocado sueño invencible y ganas de comer patatas invencibles. Otro día me recordáis por qué letra me quedé y os invito a queso.

martes, 23 de junio de 2009

Formas de evitar el síndrome de la página en blanco (I)

- Ten amigos a los que amenacen de muerte por Tuenti. Siempre podrás contar cómo los llamaste para ofrecerles consejo legal, jurisprudencial y doctrinal. Además, los verdaderos amigos nunca se ayudan mutuamente sin exigirse a cambio grandes sumas de dinero.

- Cuélate en una ópera sin necesidad de hacerte pasar otra vez por la prima donna. Se requiere destreza, prestancia, presbicia y, a ser posible, un amigo que trabaje en la escena del crimen y te cuele de estrangis a cambio de una mención en tu blog y de grandes sumas de dinero.

- Témele a una chica argentina remala que te llama, te da órdenes y te cuenta sobre viajes a lugares que sólo existen en su imaginación y en cualquier mapa. Eso te permitirá escribir a menudo, aunque tendrás que mantenerla a ella y a sus cuatro michelines en edad escolar, lo cual supondrá el desembolso de grandes sumas de dinero.

- Ve al taller a que le miren a tu coche un horrible y persistente ruidito desagradable que lleva una semana entera haciéndote pensar que se te ha colado un mapache entre las bujías y, una vez allí, comprueba cómo tu coche no emite más sonidos que los madrigales de Monteverdi que llevas en el radiocassette de serie por el que nadie sería capaz de pagar grandes sumas de dinero.

sábado, 20 de junio de 2009

Imaginanción desbordante

Tengo la suerte de trabajar junto a un complejo de ocio lo suficientemente vigoroso como para contar aún con varias salas de cine en relativo buen estado y lo suficientemente decadente como para no ser frecuentado por la garrulería imperante más que en noches de víspera y fiestas de guardar. La táctica es simple: quedarse a comer algo rapidito en la cafetería y entrar al primer pase, sobre las cuatro pe eme, acompañado generalmente de nadie, con la sala en propiedad y la conciencia tranquila por tener mucha tarde todavía para trabajar si se ha quedado algo pendiente.

En esas condiciones vi "Ponyo" y "Los mundos de Coraline". He de decir que ambas, cada una en su estilo, me gustaron. Creo que Miyazaki ha bajado el listón con eso de hacer cine más infantil y que Selick ha subido un poco el listón con eso de hacer cine menos infantil, pero las dos me han dejado igualmente patidifuso con eso de demostrarme que la superimaginación convencional sigue vigente, pero que la no convencional acecha.

¿Hay vida animada más allá de Pixar y Dreamworks? Sí. Probablemente no se entienda mucho o resulte ilógica y demasiado bizarra para intentar sacar moralejas fáciles o aplicarla a situaciones cotidianas, pero yo no la desdeñaría a la ligera... ni me adentraría mucho sin ansiolíticos, por si las moscas.

miércoles, 17 de junio de 2009

Nuevas tecnologías

Hoy ha aparecido una nueva actualización en el software del iPhone. Me la he empezado a descargar y, sin saber bien cómo, he llegado a un punto en el que se me ha pedido algo que no era capaz de ofrecer: introducir el código PIN desde una extraña interfaz donde sólo se me permitía hacer llamadas de emergencia.

Como me ha parecido feo llamar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que me ayudaran en tales menesteres, y por otra parte iba notando cómo se elevaba mi nivel de adrenalina (y freático) ante la posibilidad de volver a ser el Ángel 1.0 (un Ángel no sexy), he llamado a emilcar, que es un auténtico MacGyver. Así, los dos, sentados en un parque con el iPhone, el MacBook y bien circundados (y circuncidados) de indigentes ávidos de tecnología, hemos procedido a sacar mi tarjeta SIM y a meterla en el viejo Nokia N70 de emilcar para hacer unos reajustes.

La parte bizarra es que hemos conseguido solucionar el problema del iPhone (y de mis cardiopatías) gracias al susodicho Nokia, lo cual no tendría demasiada relevancia si no fuera porque el susodicho Nokia se cayó hace algún tiempo de una cama (situada en Daroca, provincia de Zaragoza) y tiene la pantalla descascarillada a modo de mosaico bizantino.

Al final todo ha ido bien, pero si no fuera por vosotros, gustoso volvería al Ángel 1.0.

martes, 16 de junio de 2009

Eppur... mi piace

Argentina es uno de los destinos a los que algún día tendré que viajar, unos de mis must-travel. Además de contar con algún consanguíneo en Buenos Aires, me gusta casi todo lo que le conozco, sobre todo ese carácter teñido de pesimismo esperanzado que tan bien han reflejado escritores y artistas como Quino, Les Luthiers, Castellani, Campanella y otros tantos.

¿Por qué, entonces, todos intentáis disuadirme y convencerme de que Argentina es tierra de ególatras, engatusadores y engañabobos que me tratarán de gallego pese a habitar yo en el otro extremo de la península? ¿No os gusta acaso Mafalda? ¿No os molaría usar ese característico acento para ligotear con las titis? ¿No os van los apellidos italianizantes? ¿No es acaso vuestro sueño estar todo el día llamando a la gente "boludo" y "pelotudo"?

Aprovecho la reciente incorporación de Guisela, mi nueva comentarista pampeña, para cederle unos cuantos comentarios y que me salga en defensa o denostación de la tierra que la vio nacer y que, algún día, me recibirá con los brazos abiertos y un plato de chucrut en cada mano.

jueves, 11 de junio de 2009

Cambridge (Flashback 2)

Recuerdo que el domingo por la mañana me levanté y volví a bañarme, porque en mi cuarto de aseo no había ducha, así que los baños eran obligatorios, frecuentes y de cuerpo presente.

Recuerdo que fui a misa católica de 8 am y que me dio mucho gusto ver que existen católicos en Inglaterra, porque un católico anglosajón se me figura tan extraño como un anglicano oriundo del Rincón de Beniscornia, provincia de Murcia.

Recuerdo que desayuné un café con nata con caramelo con chocolate y un muffin de chocolate con toppings de más chocolate y toffee. Eché en falta no haber tenido a mano una buena tarrina de mantequilla para untarlo bien, porque lo noté hipocalórico.

Recuerdo asistir a una misa anglicana cantada por los odiosamente envidiables niños del King's College, con el mismo chambelán alopécico y un contratenor rebelde que pintarrajeaba la sillería vetusta y respetable. Recuerdo que duró unas dos horas, que cantaron una misa de Orlando de Lasso y que una diácona dio un sermón sobre el Magnificat en clave socialdemócrata.

Recuerdo asistir a otras vísperas anglicanas cantadas por el mismo King's College de antes, con las vidrieras en el mismo sitio y un tenor Mohinder Suresh. Recuerdo que el capellán nos saludó con un "welcome again". Creo que una visita más hubiera bastado para entrar directamente como maestros de ceremonias o acólitos de primer grado. El chambelán nos miró con recelo.

Recuerdo una barbacoa nocturna a las siete de la tarde en nuestro College a base de salchichas grisáceas, hamburguesas encogidas, hamburguesas vegetarianas de aspecto pálido, zumo de naranja en polvo y pimm's, que viene a ser la sangría inglesa, con sus cortecitos de limón, de naranja y de inexorable pepino. Recuerdo temer en vano por la salud de mi íleon.

Recuerdo una postcena en mi habitación con dos botellas de vino francés y seis copas. Recuerdo, poco después, una postpostcena en la encantadora sala de profesores ociosos con fruta, chocolate, oporto, el tesorero del College y un señor que fue hasta no hace tanto Embajador en España y profesor de inglés de nuestro Ministro Moratinos. No recuerdo acostarme.

Recuerdo una jornada de lunes de mercadillos, largos paseos, más colleges en época de exámenes y una explanada gigante de prados de reverdor y adolescentes mutantes jugando al frisbee con superpoderes.

Recuerdo una cena a las 6 pm en el restaurante donde mejor cocinan el fish and chips. Recuerdo desmigajarlo mucho para que no se notara que no me apetecía demasiado merendar pescado frito con patatas, aunque las tres botellas de vino blanco cumplieron su misión, fuera cual fuera su misión.

Recuerdo una velada inolvidable en casa del anfitrión, con un montón de quesos ingleses y cinco botellas más de vino a repartir entre seis.

Recuerdo el último día, el viaje de vuelta en estado vegetativo, las azafatas de plástico duro, un panini de mozzarella con tomate que jamás se enfrió del todo y un aterrizaje de bajo coste.

Recuerdo llegar a casa en estado de ñoñez y escribir un post que provocó vuestras iras.

He cumplido. Os toca.

miércoles, 10 de junio de 2009

Cambridge (Flashback 1)

Recuerdo que en el aeropuerto no tuve problemas con el equipaje de mano, y que eso me procuró serias desavenencias con el sistema de control alicantino. Indignado, a punto estuve de abrir todos los compartimentos secretos donde guardaba el Almax, los gelocatiles y demás estupefacientes. Si lo que querían era verme los calcetines podrían habérmelo pedido directamente y haberse dejado de zarandajas.

Recuerdo un vuelo tranquilo con unas azafatas de plástico duro que hablaban inglés con un deje neozelandés poco comprensible pero bastante bailable. A una de ellas le pedí un panini de bacon con tomate y mozzarella, pero en algún punto de mi exposición debió de malinterpretarme, porque acabé comiendo pan con un extraño bacon compuesto básicamente de escamas.

Recuerdo que mi llegada a la estación de tren de Cambridge coincidió con un macrofestival de música pop-rock británica, y que varios policemen nos separaron de las personas de aspecto respetable y nos condujeron por unos pasillos llenos de popis con flequillos de todo tamaño, color y orientación sexual que vestían estrafalariamente. Los pasillos desembocaban en una explanada con perros buscadrogas que nos olieron con delectación pero poca eficacia. Volví a indignarme y a estar a punto de abrir todos los compartimentos con el Almax, gelocatiles y demás estupefacientes.

Recuerdo llegar al college en un taxi conducido por algún pariente cercano a la azafata del avión, en lo que a pronunciación idiomática se refiere. Al menos no me sirvió pan con bacon de escamas.

Recuerdo llegar al Sidney Sussex College, pedir la llave de mi habitación, subir y encontrarme con una auténtica suite absolutamente enmoquetada pero regia y señorial, con chimenea y vistas a un montón de patios interiores de carácter telúrico y cespédico. Recuerdo una libro de firmas ilustres en mi habitación y, entre ellas, la del Príncipe de Gales y tres profesores de la Universidad de Texas que añadían una estrella muy graciosa en su firma. Firmé usando una pluma de antaño mojada en tinta de antaño y dejé el papel bien rayado a base de apretar el plumín contra el papel de antaño, según costumbre.

(Arriba a la derecha, la habitación. Subid cuando queráis)

(Parte de la habitación. Escritorio vetusto al fondo)

Recuerdo a un montón de dobles de Mohinder Suresh.

Recuerdo un delicioso paseo en barca por el río Cam, con un remero autóctono tendente al silencio absoluto. Tuvimos que deducir por nuestra cuenta los paisajes paradisíacos y ponerles nombres falsos cuando era necesario.

(Árbol paradisíaco con nombre falso)

Recuerdo asistir al rezo de vísperas en el King's College, con un montón de niñitos y jovenzuelos anglicanos cantando odiosamente bien, y un chambelán calvo con una vara y tres extraños surcos en la cabeza, como marcas o rayitas hechas con pluma vetusta. Recuerdo mucha parafernalia gótica y un conato de síndrome de Stendhal.

Recuerdo tomar media pinta de zumo de cebada a temperatura ambiente en el Eagle's, famoso pub que me recomendó una buena amiga de la infancia que por alguna razón quiere convertirse en mi archienemiga.

Recuerdo cenar en el segundo mejor restaurante de Cambridge y pagar treinta libras con la efigie real por tres entrantes-despojo y una pechuga de pollo a la plancha con vegetales, todo ello regado con un vino californiano llamado Dancing Bull cuyo sabor hacía honor a su nombre.

Recuerdo que todo eso sucedió el sábado.

Recordadme que mañana recuerde más.