Ya hice una vez
algo parecido, pero dada la renovación de plantilla me considero en la obligación moral, jurídica y económica de repetir con una variación: esta vez no glosaré los beneficios que me reportan la lectura de vuestros blogs. Esta vez iré un paso más allá y posteriormente otro más acá, y os comentaré a vosotros, mis comentaristas habituales. Ready, steady, go, etc.
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Tortugaboba: quizá sea la más asidua. Podéis verla comentando en todas mis entradas, como la fan que nunca tuve. Suele despedirse con uno de los múltiples sinónimos e incluso prolongaciones hipertróficas de la palabra"beso". No sé cómo llegó, pero el blog agradece su presencia y pide que poco a poco vaya saliendo del caparazón, para poder devorarla como es debido, sin cortezas ni impedimentos.
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Gesualdo: guarda similitudes obvias con su homónimo, el Príncipe de Venosa, que se cargó a su señora esposa y al amante de su señora esposa al sorprenderlos en actitud yacente. Dicho así, tal vez no parezca demasiado halagador, pero creo que él sabe a lo que me refiero. Adorador de la música antigua, las bicis, La hora chanante y la buena comida, no necesariamente en ese orden.
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Nils: el perseverante, si tuviéramos que adjetivarlo. Merodea por aquí desde casi la fundación del blog. Periodista consumado y obsequioso, militante de causas ganadas, concedente de envidias sanas e insanas, viajante, menos provocador que antaño e igual de naïve. No es necesario decir que llegará lejos, porque creo que la Patagonia es el único país que le queda por pisotear. Llegará lejos (por si acaso).
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Ace76: pese a querernos convencer de que adora el grunge, las camisas de franela y los 90, todos los que lo conocen saben que en realidad su pasión es el pop, los corbatines y los 80 en todo su esplendor y kitschez. Este murciano nacido en Pamplona es el cronista oficioso de OT en cualquiera de sus ediciones, y posee el don de redactar textos sobre fondo naranja que, por tanto, transmiten buenrollismo a tutiplén.
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María: la amable inquisidora. Empezó sus andanzas por aquí no hace demasiado, corrigiéndome unas faltas de ortografía que yo escribía a propósito para que dejara algún comentario y para convenceros de que no necesito ser perfecto. Me provoca agradables obsesiones ortográficas, gramaticales y musicológicas, sin las cuales mi vida sería un continuo cúmulo de obsesiones de cualquier otro tipo sin garantía de agradabilidad.
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Alejandra: no sabría cómo definir a una señora cuya biografía real es más ficticia que la ficticia, y viceversa. Desconcertante y desconcertada. Filosófica, subrealista, realista y surrealista todo en uno, al mismo tiempo y a precio de fábrica.
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Simón, el barítono, la penúltima incorporación comentatitva de este blog. Molinense y basileriense al tiempo. Aburrido con tanta nota intermedia y tanto papel operístico, reclama risa de gatillo fácil, lo que le valió
una entrada en este mismo blog no hace demasiado tiempo. Comentarista de nombre camaleónico, pero identificable y descriptivo, hace resonar sus estentóreas carcajadas en modo mayor por las calles de Basilea mientras escucha el podcast de Ars Mvsica.
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Guisela,
Shishela,
Cheesela y otros tantos smileys identificativos. Rumorística, descendiente de nobles, amante de Murcia y sus tradiciones, fundadora de Cartagena, última incorporación al blog, benefactora de la Humanidad, idiomática, remozadora, advenediza, adventista, boluda, epigramática, ebanista y, sobre todo lo demás, rubia.
Me dejo gente, lo sé, pero se me acaba de morir Michael Jackson y esto me ha provocado sueño invencible y ganas de comer patatas invencibles. Otro día me recordáis por qué letra me quedé y os invito a queso.